lunes, 18 de mayo de 2015

HERMANDADES EFICACES

D. Ignacio Valduérteles, escribe en el Boletín de Archidiosesis de Sevilla un articulo en "Desde la Calle" y haciéndome eco de su titulo "Hermandades Eficaces" lo inserto en el Blogs de la Hermandad para que pensemos si: ¿La Hermandad a la que pertenecemos es eficaz?


En Filosofía la eficacia se define como «la capacidad de la causa eficiente para producir su efecto». En una Hermandad la “causa eficiente” serán las actividades y procesos que ésta organiza, orientados a alcanzar los fines de la hermandad, y el “efecto” deseado es el cumplimiento de esos fines.
Dado que los fines de una hermandad, de cualquier hermandad, son  la mejora de sus hermanos mediante la práctica de la caridad, la formación y la celebración del culto público, la eficacia de una hermandad se habrá de medir comprobando  en qué medida esas actividades han incidido en la mejora  de los hermanos.
En el día a día de las hermandades se corre el peligro esas actividades en metas absolutas, en un fin en sí mismas, cancelando del horizonte su finalidad. Un ejemplo muy sencillo: la realización de una tómbola tiene como finalidad conseguir fondos con los que los hermanos puedan ejercitar la Caridad. Los resultados de la tómbola no se medirán -o no se medirán solamente- por el importe en metálico obtenido, sino por el crecimiento en la virtud de la Caridad de los hermanos que se han acercado a ella. De la misma forma que el responsable de formación no se debería sentir satisfecho por haber organizado, por ejemplo, tres conferencias o sesiones de formación, sino por el impacto que éstas hayan podido tener en la mejora de la formación doctrinal de los hermanos. De no ser así los más brillantes proyectos se tornan en traiciones a los fines de la Hermandad.
Cuando la Hermandad se  ordena a la perfección de sus hermanos y al servicio a la Iglesia, se alcanza la eficacia. Sin embargo en ocasiones, por no desentonar con el ambiente, se comienza  a no ser coherente con los principios y deslizarse hacia la búsqueda de la certeza subjetiva, de la utilidad inmediata, de la  aprobación ajena y el aplauso de los demás, tomando como criterio de actuación el qué dirán, deformando la propia conciencia de los responsables de las Juntas de Gobierno y  cayendo en la tentación de inclinarse hacia el lado en que es más fácil recoger sonrisas y cumplidos,  lo que supone, en el mejor de los  casos, inclinarse hacia el lado de la mediocridad.
En ocasiones puede ser bueno distanciarse un poco del día a día, reunir a la Junta de Gobierno en una situación informal, no en un Cabildo de Oficiales, para analizar  cómo van las cosas, hacia dónde va la Hermandad, si se están cumpliendo realmente los fines de la misma y en qué habría que modificar el rumbo, si fuera necesario. Sin rectitud de intención equivocamos el camino.

Autor: Ignacio Valduertéles.
Publicado: Boletin Archidiosesis de Sevilla.

lunes, 4 de mayo de 2015

En el día de la Madre: "A MI MADRE, A TU MADRE Y A TODAS LAS MADRES"

Os dejo este articulo, publicado en el Boletín de la Archidiosesis de Sevilla.

Todos hemos tenido una madre: los hombres y las mujeres, los niños y los ancianos, todos.

MADRE es una de las palabras más grandes, más sagradas, más densas, más misteriosas, más ricas y más evocadoras.

MADRE es AMOR,  amor grande, amor desinteresado, amor auténtico, amor incansable, amor a fondo perdido, amor bien entendido, amor que empieza siempre por los demás.

La MADRE es VIDA, es fecundidad, es manantial y fuente de ida, es santuario y cuna de la vida, es vida que multiplica la vida, es protección, seguridad y cuidado maternal de la vida que viene de camino; es grano de trigo que da vida a una espiga, la familia.

La madre es comida y es bebida para alimentar la vida de su pequeñín. Ella es entrega, generosidad, sacrificio, donación; es corazón y alma del hogar, es intuición que adivina, es comprensión y confianza.

La madre es mirada, es sonrisa, es ternura única, distinta,
inolvidable e irrepetible
, ella es caricia y beso que sabe a madre.
Ella es la que siempre espera, perdona y olvida, la que no se cansa de esperar, la que nunca rechaza, la que te quiere siempre y de verdad.
Ella es puente, es seguridad, es refugio, es confianza, es paciencia, es reposo, es descanso, alivio y cobijo, es esperanza, es alegría y paz, es felicidad; es adivina, es sabiduría, es consejo, es serenidad; es comunión con el hijo, misteriosa y única.

Una madre es PIES que no se cansan aunque estén cansados;  es BRAZOS siempre abiertos, acogedores y cálidos; es RODILLAS donde se aprende a hablar, a besar, a rezar y amar; ella es regazo y es apoyo para reclinarse, para descansar y para dormir.

Ella es la siempre pendiente de todo y de todos; ella es la que se desvive para que los demás vivan. Ella es canas y arrugas que hijos y nietos deben saber leer y besar de cuando en cuando.

Una madre es todo esto y mucho más porque una madre es una madre; y es que UNA MADRE ES LO MAS PARECIDO AL DIOS PADRE CON CORAZÓN DE MADRE.

No me preguntéis por el nombre de esa madre: es mi madre, es tu madre; pon tu su nombre, su mirada, su ternura. Esa madre eres tú que eres madre. Esa madre eres tu  que no siendo madre quisiste ser madre, y fuiste madre, y amas con corazón de madre.


Con todo el cariño y saludo de   
Publio Escudero Herrero