domingo, 17 de noviembre de 2013

FERIA MEDIEVAL Y HDAD DEL CONSUELO

Como sabéis todos los Alcoleanos, gracias al "corazón solidario" que tiene nuestro pueblo, se esta contruyendo en KASHUSHA, Bukabu (Rep. Democratica del Congo) una ESCUELA, pero a esta hay que surtirla de MATERIAL ESCOLAR (gomas, lapices, libretas, etc) y os lo vamos a solicitar para la Feria Medieval que celebramos en Alcolea a finales de este mes de Noviembre para recogerlos en el Stand de la Hermandad de Ntra Sra del Consuelo.




Por eso desde la Hermandad os SOLICITAMOS este material escolar.
La escuela esta casi terminada y ahora queremos DOTARLA DE MATERIAL.

GRACIAS ALCOLEA y que NUESTRA SEÑORA DEL CONSUELO OS LO PAGUE.

CURIOSIDADES DE NUESTRA HERMANDAD

Ayer, después de misa, una Sra que estaba sentada delante de mi, me comenta que el traje Rosa que tiene puesto Ntra Sra del Consuelo, los bordados, que por cierto son preciosos, entre otras los había bordado su madre.

No me quedé tranquilo y cuando ya se iba la Sra, le dije que lo iba a publicar para que el resto de los Alcoleanos también lo conocieran y entonces me comenta que el Diseño lo hizo D. Antonio Sanchez Nieves (tio de Dña Braulia, la maestra de casi todos los Alcoleanos) y Dña Angeles  lo dirigió y lo realizaron Dña Juana Barrera y Dña Pepita Fernandez (madre de la Sra Aurora que me lo contó). El bordado en Mostacilla se ha pasado del primitivo traje al que actualmente tiene, rosa donado por Dolores Recuero.
Pues ahí queda para que lo conozcamos todos los Alcoleanos y aunque las fotos no son de calidad pero podéis admirar el bordado ya que lo esta luciendo la Virgen en estos momentos.
Muchas gracias Aurora.

lunes, 4 de noviembre de 2013

CARTA DEL ARZOBISPO DE SEVILLA A LAS HERMANDADES

El Arzobispo de Sevilla, Monseñor Juan José Asenjo Pelegrina, ha hecho pública su carta semanal. La
ha dedicado especialmente a las Hermandades, a los Hermanos Mayores, componentes de las Juntas de Gobierno y Directores Espirituales con respecto a los problemas actuales de la sociedad.

Queridos hermanos y hermanas: Dirijo esta carta semanal muy especialmente a los miembros de las Hermandades de la Archidiócesis, a los que manifiesto mi aprecio y afecto, con la conciencia de que estas instituciones brindan a los pastores de la Iglesia un ingente potencial religioso y evangelizador, pues son para muchos de sus miembros, lo mismo que la Iglesia, sacramento de Jesucristo, es decir, camino, medio e instrumento para el encuentro con Dios.

En este sentido, suscribo de corazón la afirmación del Papa Francisco en su encuentro con las Hermandades de todo el mundo el pasado 5 de mayo: en las Hermandades tiene la Iglesia un tesoro porque son un espacio de “encuentro con Jesucristo”. 
 

Evocando mis encuentros con las Hermandades en sus cultos o en mi casa, quiero subrayar una vez más a los Hermanos Mayores, Juntas de Gobierno y Directores Espirituales, la esencial dimensión religiosa de estas corporaciones. En el comienzo del curso pastoral, quiero pedirles también que custodien con mimo sus mejores esencias, entre ellas la comunión con la Archidiócesis y la parroquia. Les pido además que mantengan con claridad y sin equívocos su clara identidad religiosa y que no consientan que la dimensión social o cultural, de suyo relativa y secundaria, prevalezca sobre lo que debe constituir el corazón de estas instituciones, que son, ante todo, asociaciones públicas de fieles con una finalidad muy clara, el culto, la santificación de sus miembros, el apostolado y el ejercicio de las obras de caridad. Os recuerdo la frase feliz del Papa Benedicto XVI en su encuentro con las Hermandades de Italia en el año 2006: “Las Hermandades son escuelas de vida cristiana y talleres de santidad”.  
 
Defender todo esto es servir a la verdad más auténtica y profunda de las Hermandades
, mientras que permitir que estos valores se desvirtúen, es abrir la compuerta a la secularización interna, un mal fatal que todos hemos de tratar de conjurar. De poco servirían, queridos cofrades, vuestros cultos esplendorosos y la belleza de vuestras procesiones, si en vuestra vida asociativa la primera preocupación no es vuestra santificación, el amor a Jesucristo y a su santa Iglesia, la comunión fraterna, la unidad en el seno de la Hermandad y la comunión con los pobres. Estaríamos ante un enorme tinglado de cartón piedra, detrás del cual sólo existe el vacío.
 
Quiero insistir especialmente en esta carta en la importancia de la formación cofrade. Sólo se ama aquello que bien se conoce. Sólo podremos vivir con hondura nuestra vocación cristiana si conocemos el misterio y la persona de Jesucristo y las verdades capitales de la fe y de la moral cristianas. Os recuerdo el texto bien conocido del apóstol San Pedro, en el que pide a los cristianos, que viven en un mundo pagano y hostil, que"estén siempre dispuestos a dar razón de su esperanza a todo el que se la pidiere" (1 Ped 3,15). El mundo de hoy guarda muchas analogías con aquel al que debieron enfrentarse los primeros evangelizadores. En esta coyuntura se hace más necesaria que nunca la formación doctrinal sólida en las verdades de la fe. Con ella, junto con una intensa vida de oración y un esfuerzo sincero por ser santos, seremos capaces de vivir nuestra condición y misión de católicos en un mundo cada vez más refractario al Evangelio.
Para dar razón de nuestra esperanza, necesitamos primero conocerla y estar convencidos de ella. Ciertamente la fe es un don gratuito que hemos recibido de Dios, pero esto no significa que haya de ser irracional y ciega. Debe ser una fe ilustrada y formada.
 
Desde hace décadas la cultura europea se está deslizando hacia una especie de apostasía silenciosa por parte del hombre autosuficiente, que vive como si Dios no existiera. Por ello, la Iglesia, hoy más que nunca, tiene el deber de anunciar al mundo que Jesucristo es su esperanza. En esta tarea, el apostolado de los laicos es insustituible. Su testimonio de fe es particularmente elocuente y eficaz, porque se da en la realidad diaria y en los ámbitos a los que un sacerdote no puede acceder o accede con dificultad. Un caso típico es la política, el mundo de la economía y del trabajo y la entera vida pública (CFL 42), ámbitos en los que los laicos deben dar un testimonio valiente de los valores cristianos.
 
En las manos de los responsables de las Hermandades y Cofradías de la Archidiócesis y, muy especialmente de los Hermanos Mayores, Directores espirituales y Diputados de formación está aprovechar los muchos subsidios con que hoy contamos, especialmente el Itinerario de Formación Cristiana para Adultos, que ha publicado la Conferencia Episcopal Española. A ellos les incumbe organizar encuentros periódicos, charlas, conferencias o círculos de estudio para profundizar en los misterios de nuestra fe.
 
A todos os deseo un curso cofrade verdaderamente fecundo y santificador. Para vosotros y vuestras familias, y para mis lectores de cada domingo, mi saludo fraterno y mi bendición.